CASA DE VINOS  LA REBANÁ

 

En un principio, el trabajo consistió en reconstruir la fachada del local de negocio obsoleto de planta baja, restituyendo la fisonomía primitiva del edificio. Sobre la base de una hipótesis del estado original, se rehízo el muro de fachada con sus espesores, disponiendo en él los dos huecos adintelados que habían sido suprimidos para completar el cuerpo central de la composición del edificio, y volviendo a construir el arco que existía en el cuerpo lateral. En cuanto al tratamiento superficial del muro, se propuso, por simetría, rehacer todo el almohadillado y pilastras en el enlucido, continuar el zócalo aplacado de la farmacia con el mismo perfil, material y despiece, y restituir la portada en piedra del arco, recurriendo a un diseño esencializado de la original, extraído de la propia fachada.

 

Se realizaron unas nuevas carpinterías adecuadas en su composición a la estructura general del edificio, y en lo relativo a su dimensionado a la escala monumental del hueco.

 

Conforme la obra de la fachada fue tomando presencia, el trabajo se fue extendiendo al interior. Allí existían un altillo, unos aseos, un magnifico forjado de madera, el trazado de un mostrador, y un muro medianero de fabrica vista con algunos problemas de humedad y con tres cajas verticales abiertas en él.

 

Con esto, la espacialidad del local resultaba muy sugerente, recordando a los viejos almacenes para la exportación que existían en las proximidades del puerto de Málaga, por lo que, manteniendo estos elementos, el trabajo se limitó a trazar un doblado a la medianera con materiales similares, revocar las paredes con mortero bastardo blanco de textura rugosa, colocar una solería de barro y una meseta de entrada en piedra, terminar el mostrador de madera resolviendo algunos encuentros de materiales, y realizar una reja celosía para cerrar el altillo. Se hizo el mobiliario y se buscó una iluminación neutra.