ÓPALO

 

En una habitación de proporciones largas y esbeltas, apropiada para exposición y atención al público, una larga mesa exenta de piedra arenisca unida a un muro del mismo material, aparece como el objeto escultórico que jerarquiza y ordena horizontalmente el espacio expositivo. Frente a ella, en el lado de fachada, una pared de medio pié ritmada con aperturas estrechas y altas, modula la desproporción que existe entre el tamaño de los arcos que dan a la calle y el espacio interior, y sirve de excusa para organizar los escaparates.

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Hemos entrado por el arco de la esquina curva y tenemos el espacio completo de la tienda delante de nosotros, con los artículos delicadamente situados sobre frágiles repisas de cristal. Al final, un espejo rectangular, encaja nuestros reflejos planos entre el techo doblado y el suelo de madera rojiza. 

 

Fotografia: 

Pablo Fernández Díaz Frerros

Francisco González